En los últimos meses, el mundo ha sido testigo de un resurgimiento preocupante de enfermedades que muchos consideraban ya controladas: el sarampión y la viruela símica. Ambas han comenzado a propagarse en diferentes regiones del planeta, afectando a niños, adultos jóvenes y personas vulnerables por igual. Esta situación ha encendido las alertas en el sector salud y ha generado una necesidad urgente de información clara y actualizada. Aunque el término “epidemia” puede sonar alarmante, entender lo que está ocurriendo y cómo protegernos es la mejor herramienta que tenemos. En este artículo te explicaremos con detalle qué está pasando, qué riesgos existen, cómo prevenir estas enfermedades y qué acciones puedes tomar desde hoy para cuidar tu salud y la de tu familia.
¿Qué está pasando con el brote de sarampión?
El sarampión es una enfermedad viral sumamente contagiosa que se transmite a través de pequeñas gotas expulsadas al toser o estornudar. Una persona infectada puede contagiar a hasta 18 personas si no están inmunizadas, lo que convierte al sarampión en una de las enfermedades más infecciosas conocidas. A pesar de que existe una vacuna segura y efectiva desde hace más de 50 años, los brotes actuales en Estados Unidos, América Latina y Europa están directamente relacionados con la disminución en las tasas de vacunación, principalmente por desinformación, temor infundado hacia las vacunas y falta de acceso en zonas vulnerables.
📍 ¿Dónde está el brote más fuerte?
Uno de los brotes más preocupantes de 2025 se está desarrollando en Texas, Estados Unidos, donde las autoridades sanitarias han confirmado decenas de casos en pocas semanas. Lo más alarmante es que el virus se ha desplazado rápidamente a otros estados cercanos debido al alto índice de movilidad y a las bajas tasas de vacunación en ciertas comunidades. Este patrón también se ha replicado en países como Venezuela y Ucrania, donde las crisis sociales y económicas han afectado seriamente los programas de vacunación infantil. Esta situación ha hecho que organismos como la OMS y los CDC enciendan las alertas y refuercen campañas de inmunización masiva.
👶 ¿Quiénes están en mayor riesgo?
Los más vulnerables ante el sarampión son los niños menores de un año, que aún no han recibido su primera dosis de vacuna, los niños mayores que no han completado el esquema de inmunización, personas con sistemas inmunológicos comprometidos (como pacientes oncológicos o con VIH) y adultos que nunca fueron vacunados o no saben si tienen inmunidad. En estos grupos, el sarampión puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis, sordera e incluso la muerte.
⚠️ ¿Qué síntomas provoca?
El sarampión comienza con síntomas parecidos a una gripe intensa: fiebre alta, secreción nasal, tos seca y ojos enrojecidos. A los pocos días aparecen pequeñas manchas blancas en la mucosa bucal (manchas de Koplik), seguidas por una erupción cutánea roja que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. Aunque parece una enfermedad benigna en algunos casos, puede ser mortal sin atención médica oportuna, especialmente en países con sistemas de salud frágiles o saturados.
💉 ¿Cómo prevenir el sarampión?
La única forma eficaz de prevenir esta enfermedad es mediante la vacunación con la triple viral (SRP), que protege contra sarampión, rubéola y paperas. El esquema recomendado incluye dos dosis: la primera al año de edad y la segunda entre los 4 y 6 años. Si no estás seguro de tu estatus vacunal o el de tus hijos, acércate al centro de salud más cercano y solicita orientación. Las vacunas son gratuitas en la mayoría de los países y salvan millones de vidas cada año.
¿Qué sabemos del brote de viruela símica?
La viruela símica (también conocida como viruela del mono o monkeypox) es una enfermedad viral que ha pasado de ser un problema localizado en regiones de África a convertirse en una preocupación internacional. Aunque no es tan contagiosa como el sarampión, su transmisión por contacto directo con lesiones cutáneas, ropa contaminada o secreciones corporales la convierte en una amenaza importante en ambientes urbanos y densamente poblados. En 2025, la OMS ha emitido alertas por brotes activos en más de 13 países africanos, y se han confirmado casos en América, Europa y Asia.
🌍 ¿Dónde está ocurriendo?
El epicentro del brote actual se encuentra en África Central y Occidental, donde el virus ha afectado a comunidades rurales con escasos recursos sanitarios. Sin embargo, la globalización, los viajes internacionales y los movimientos migratorios han favorecido la expansión hacia zonas donde antes no se registraban casos. En América Latina ya se han detectado casos aislados en Brasil, Colombia y México, la mayoría relacionados con contactos estrechos en entornos sociales y sexuales.
🤝 ¿Cómo se transmite?
A diferencia del sarampión, la viruela símica no se transmite por el aire con tanta facilidad, pero puede pasar de persona a persona mediante contacto directo con lesiones en la piel o costras, uso compartido de ropa de cama o toallas contaminadas, contacto íntimo o relaciones sexuales, y posiblemente por secreciones respiratorias en contactos prolongados. En brotes recientes, se ha observado una fuerte relación con transmisión sexual, especialmente en hombres que tienen sexo con hombres, lo que ha motivado campañas específicas de prevención y educación sexual en estas poblaciones.
🤒 ¿Cuáles son los síntomas?
La viruela símica comienza con síntomas similares a una gripe común: fiebre, dolor muscular, fatiga y ganglios inflamados. Posteriormente aparecen lesiones cutáneas que evolucionan desde manchas planas a ampollas llenas de pus, que suelen ser muy dolorosas. Estas lesiones pueden aparecer en la cara, las manos, los genitales y otras partes del cuerpo. La enfermedad puede durar entre 2 y 4 semanas, y en algunos casos deja cicatrices permanentes.
🛡️ ¿Hay forma de prevenirla?
Sí. Aunque no existe un tratamiento específico, la prevención es clave. Evita el contacto cercano con personas que tengan lesiones sospechosas, no compartas objetos personales y, si formas parte de una población de riesgo, consulta si eres candidato a recibir la vacuna contra la viruela símica (disponible en ciertos países para grupos específicos). También es fundamental mantener una buena higiene, lavar las manos frecuentemente y actuar con responsabilidad si presentas síntomas.
¿Por qué están resurgiendo estas enfermedades?
El resurgimiento de enfermedades como el sarampión y la viruela símica no es casual. Factores como la disminución de las coberturas vacunales, la propagación de noticias falsas sobre vacunas, la falta de acceso a servicios de salud y el aumento de los movimientos poblacionales han creado el terreno perfecto para que virus antes contenidos vuelvan a circular con fuerza. Además, el cambio climático está alterando los patrones de enfermedades infecciosas, favoreciendo la aparición de nuevos vectores y expandiendo zonas de riesgo.
¿Qué puedes hacer tú desde casa?
La prevención empieza con decisiones simples pero poderosas. Consulta tu carnet de vacunas y actualiza cualquier esquema pendiente, tanto en adultos como en niños. Si tienes síntomas como fiebre, lesiones en la piel o malestar general, no te automediques ni minimices lo que sientes: acude a tu médico. Evita el contacto directo con personas enfermas y mantén buenos hábitos de higiene. Comparte información confiable con tus familiares, especialmente con personas mayores o con enfermedades crónicas.
Consejos Médicos Clave
La mejor forma de enfrentar estos brotes es a través de la información y la acción preventiva. No esperes a que las autoridades te lo digan: si sabes que hay un brote en tu zona, refuerza las medidas de protección. Las vacunas son una herramienta poderosa y segura que ha salvado millones de vidas. Además, tener un chequeo médico general al año puede ayudarte a detectar riesgos a tiempo y mantener tu salud en óptimas condiciones. Recuerda: cuidar de tu sistema inmunológico con una alimentación saludable, descanso adecuado y manejo del estrés también juega un papel crucial en tu protección.
Conclusión
Aunque el sarampión y la viruela símica parecían enfermedades del pasado, su regreso nos recuerda lo frágil que puede ser la salud pública cuando bajamos la guardia. Pero también demuestra que, con información clara y acciones concretas, podemos prevenir su avance. Hoy más que nunca, vacunarse, estar atentos a los síntomas y actuar con responsabilidad son pasos fundamentales para protegernos. La salud integral se construye todos los días, y empieza con pequeñas decisiones informadas. No esperes más: tu bienestar y el de tu familia están en tus manos.